Una de las razones que explican porque algunos proyectos de inversión realizados no tienen el retorno esperado independientemente de la capacidad de gestión para llevarlos adelante, es la mala planificación y evaluación de los proyectos.
Es muy frecuente observar en los directivos cuando toman decisiones empresariales no tomar en cuenta los costos implícitos involucrados en una decisión empresarial; situación que al darse de esta manera no pueden considerarse como decisiones sólidas; la razón es que toda toma de decisiones a nivel empresarial está envuelta en riesgos e incertidumbre, esto implica que a la hora de calcular la rentabilidad económica de una empresa o un proyecto, el valor presente esperado de cualquier proyecto de inversión en el futuro, debe incluir, no sólo los costos históricos o explícitos, (los costos contables), sino también los costos implícitos no mostrados por la contabilidad, así como la actualización de los costos históricos de los activos de capital y los inventarios a sus respectivos valores referenciales del mercado.
En el análisis de una decisión empresarial, no es que se quiera disminuir la importancia de los costos contables, sino que hay entenderlos dentro de su contexto histórico, legal y tributario, los estados contables tienen un fin; informar al empresario, el resultado de las operaciones normales de su empresa, en un periodo determinado (año, semestre, trimestre o mes) siguiendo las normas contables generalmente aceptadas dentro del marco que establecen las leyes mercantiles y tributarias de cada país, en consecuencia debemos aplicar otras técnicas elaboradas para valorar la rentabilidad de una inversión.
Costos explícitos
El costo explícito representa todos los costos reconocidos por la contabilidad, así por ejemplo el costo explícito de un préstamo, es la tasa de interés más los gastos derivados del préstamo, en este caso el costo explícito de capital se relaciona con los flujos de efectivo incremental derivados de la oportunidad de financiamiento. A menudo este tipo de costo es el más usado en las decisiones empresariales.
Sin embargo hay costos contables que registran flujos de efectivo reales como las depreciaciones anuales que realiza la empresa sobre sus bienes de capital (sean terrenos, edificaciones, maquinarias y equipos), que cualquiera sea la metodología empleada, no representan en realidad, el costo de reposición efectiva de dichos bienes debido a las fluctuaciones en los precios, la dinámica de los mercados o la obsolescencia (en el caso de los inventarios) hacen que sean contingentes en su totalidad y pueden llegar a tener valor cero). Estos constituyen ganancias o pérdidas esperadas en un proyecto.
Costos implícitos
Por otro lado, existe un costo relevante en la decisión empresarial que es el costo implícito del capital, que es un concepto de costo de oportunidad, que no es mostrado por la contabilidad de costos, este concepto abarca las tasas de rendimiento esperadas sobre otras inversiones de la empresa o de los accionistas, como por ejemplo, a) los sueldos de oportunidad que pudiera percibir un empresario por su labor gerencial en otra parte, si no reciben remuneración alguna en la empresa en que son propietarios, y ejecutivos a la vez, b) el costo de oportunidad del capital invertido en una empresa que sería igual a la tasa de interés vigente o la rentabilidad promedio que recibirá el capitalista por invertir en depósitos, títulos valores u otras operaciones de riesgo similar, en lugar de la inversión hecha en la primera empresa o negocio.
Análisis de Rentabilidad
Como consecuencia de lo anterior descrito, las ganancias que se expresan en los estados contables, no son iguales a las ganancias económicas, ya que las primeras no incluyen los costos implícitos, en tanto que las ganancias económicas incluye además de los costos explícitos, los costos implícitos, por lo tanto el beneficio económico es mayor y supera a la retribución normal que reciben los factores de producción, tanto los costos explícitos, los valores de mercado como a través de la asignación de un costo de oportunidad.
En conclusión, la rentabilidad económica de cualquier decisión empresarial que crea un flujo futuro de ingresos y costos futuro, debe diferenciar claramente estos tipos de costos y beneficios contables y económicos. La toma de decisiones basada solo en índices de rentabilidad contables, que sean favorables, pero que no incluyen todos los costos económicos citados, no se puede considerar como decisiones empresariales sólidas desde el punto de vista del análisis económico-financiero de una empresa u proyecto de inversión.