La necesidad de reducir gastos es inherente a toda organización, esta necesidad ocurre por diversos factores, las presiones de la competencia, por los precios del mercado, o por estar pasando por un proceso de reestructuración, entonces una de las políticas comunes que se implementan es la reducción de gastos, esta medida no tiene por qué asustar, es parte del ejercicio económico, no es otra cosa que el sacrificio que hace una empresa para mantenerse a flote en el mercado, este sacrificio se da en el uso los recursos, humanos, materiales y financieros.
Pero; ¿Cómo una empresa puede reducir gastos sin que este afecte la eficiencia, productividad y calidad de los bienes y servicios que produce?
Para contestar esta inquietud, lo primero que tenemos que hacer, es identificar el tipo de gasto, toda actividad, involucra el uso de recursos, algunas actividades generan valor y otras, generan poco o casi nada de valor, ejemplo, en una línea aérea comercial, el combustible genera valor, porque sin eso no nos trasportamos, en tanto que el servicio de alimentación a bordo, es un gasto perfectamente evitable, porque nadie viaja por comer en el avión sino para trasladarse de un lugar a otro, lo mismo ocurre en el servicio bancario, la atención en los créditos representa para los bancos un negocio muy importante , mientras que la atención en ventanilla, es más un servicio del banco que perfectamente puede ser derivado a un cajero automático, o a la bance móvil como está sucediendo con la mayoría de los bancos, etc.
Entonces se trata de identificar cuales actividades que desarrolla empresa le generan valor y cuales gastos aportan poco o nada de valor, una vez identificados estos gastos, recién se pueden aplicar política de reducción de gasto, sin embargo esta práctica no siempre es seguida por las empresas, ya que la medida más común de reducción de gasto lo encuentran en el renglón del gasto de personal, debido a que es más “visible”, y es más “vulnerable”, está probado que esta práctica de reducción de gastos de nómina si se hace sin tomar en cuenta los efectos en la productividad, eficiencia y calidad de las operaciones no tiene el mayor sentido económico, es más terminan generando una ola de ineficiencias tal que acumulan costos y hacen más improductivo el uso de los activos.
Por eso si está pensando en reducir costos, no tome decisiones a la ligera, empiece por examinar su cadena de valor, sus recursos y capacidades, en base a ello identifique que actividades no generan valor, por lo tanto se pueden suprimir y a partir de allí establezca un programa de reducción de gastos, si hace esto, podrá mantener a flote su negocio, sin tener mayores sobresaltos.